jueves, 26 de enero de 2017

Cambios de paradigma en nuestra mesa

Lo cierto es que cuando he leído el asunto de esta actividad me he quedado en blanco unos segundos, ya que no se me ha venido a la mente ningún cambio de paradigma en mi campo de estudio, la nutrición. Quizás eso signifique que soy una "mala" nutricionista, pero prefiero pensar que nunca he tenido la necesidad de replantearme esta pregunta...

Es una disciplina científica muy nueva. Sabemos que figuras como Hipócrates tenían conciencia sobre la importancia de los alimentos para nuestra salud, pero desde estas primeras pinceladas hasta el establecimiento, por así decirlo, de la rama científica, pasaron muchos años. En España, por ejemplo, no fue hasta 1989 cuando en la Universidad de Navarra se comenzó a impartir el título de Dietética y Alimentación Humana, dejando de ser un título propio de la misma universidad.

A pesar de ser una disciplina aún muy verde, cada vez cobra más importancia en el ámbito sanitario por lo que hoy parece un milagro: muchos profesionales de la salud de otras disciplinas nos empiezan a dar un poco la razón y revalorizar nuestra figura (aunque la aceptación es insuficiente y seguimos teniendo las manos atadas).

Volviendo al asunto, hay bastante información de la nutrición. Papers, muchos papers. Y es normal, comemos una media de 4-5 veces al día TODOS los días de nuestra vida. Lo extraño sería que no nos molestásemos por hacerlo bien... Como ocurre en casi todas las disciplinas, en ciencia, hay una masificación de datos e información. Este exceso de información que no podemos asimilar junto a la gran influencia de la industrial, principalmente alimentaria y farmacéutica, nos llevan a varias tendencias o corrientes en la nutrición. Y lo peor, a tener que posicionarnos en una de ellas porque si no lo hacemos, estamos siendo ignorantes.

Ojeando un poco lo que comentan otros compañeros, el principal asunto que genera incomodidad entre nutricionistas es la famosa pirámide alimentaria para la población española. Y lo cierto es que coincido con ellos. Pienso que todavía no se ha superado este "problema" pero se observan chispas y se nota cierta tensión. La mayoría sabemos que la pirámide alimentaria de España que nos venden (tanto en las universidades como fuera de ellas) está muy obsoleta, no se ha adaptado a los nuevos avances en nutrición y metabolismo. Los alimentos a los que tenemos acceso tampoco son los mismos,  nuestro estilo de vida y actividad tampoco. Entonces, si la pirámide realmente nunca fue buena, ¿por qué iba a serlo ahora? Años después, cuando ha cambiado tanto nuestra circunstancia. La  pirámide de alimentación saludable publicada en 2015 por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) sigue quedándose un poco corta respecto a lo que dice la ciencia y comparado con otros países mucho más avanzados en nutrición.  Es cierto que ha incluido novedades como la actividad física o el equilibrio emocional, pero sigue dando mayor importancia a las fuentes de carbohidratos, y las bebidas alcohólicas siguen estando presentes...

Por suerte parece que se van modificando las recomendaciones nutricionales para la población y aparecen nuevas alternativas. Por ejemplo, el Healthy Eating Plate propuesto por la  escuela médica de Harvard ofrece una alternativa mucho más actualizada, práctica y real. Es cierto que no asegura una dieta variada y completa en cuanto a la selección de alimentos, pero si las personas cumplen al menos las proporciones y recomendaciones mantendrán una dieta equilibrada en cuanto al origen de los nutrientes. Paralelamente el departamento de agricultura de USA elaboró un esquema parecido,My plate, aunque deja mucho que desear comparado con el Healthy Eating Plate, como se ve en esta comparación de ambos.

Otro asunto que requiere de actualización y reflexión bien podría ser la aclamada "dieta mediterránea". Más que modificar la dieta mediterránea sería conveniente asumir que NO sustenta nuestra alimentación actual, y buscar la forma de asumir de nuevo sus características o buscar otros patrones más asequibles y reales en nuestra situación. Pero queda muy bonito eso de seguir la alimentación mediterránea, tiene un componente cultural muy fuerte.

Ahora que está de moda todo lo verde, ecológico y no procesado, surgen muchas tendencias dietéticas. Es cierto que el tipo de alimentación es una elección totalmente personal y sería impropio juzgar a nadie por sus preferencias, sean cuales sean sus razones (modas, limitación económica, religión, entorno). No obstante, si es conveniente saber y hacer saber las limitaciones de cada una de estas tendencias. Dejando de la do al veganismo y crudismo, sí se observa que en la actualidad hay una gran preocupación por la alimentación sostenible, dando mucha importancia a la obtención de esos alimentos y al impacto en el medio ambiente. Desde mi punto de vista no creo que esto sea una moda, sino más bien algo similar a un nuevo paradigma. Bastante cercano a la alimentación ecológica pero pienso que tiene un mayor fondo. Se basa en 5 pilares o valoraciones: 

1. Mejorar la eficacia en el uso de recursos es crucial para la sostenibilidad de la agricultura
2. La sostenibilidad requiere actividades directas para conservar, proteger y mejorar los recursos naturales
3. La agricultura que no proteja los medios de subsistencia rurales y mejora la equidad y el bienestar rural es insostenible
4. La agricultura sostenible debe aumentar la resiliencia de las personas, las comunidades y los sistemas
5. Una alimentación y una agricultura sostenibles necesitan mecanismos de gobernanza responsables y eficaces







martes, 17 de enero de 2017

Todo lo "investigado" desemboca en la sociedad

Comenzamos con la primera entrada correspondiente al segundo bloque de la asignatura ABAI, en el cual se analizará el impacto de la actividad investigadora en la población.

Como ya reflexionamos en algunas tareas al inicio de la asignatura, la actividad investigadora no culmina y finaliza con "éxito" hasta que no se comparten los resultados o conclusiones derivadas de nuestra investigación. Sea el tipo de comunicación que sea, hay que "donar" nuestro conocimiento para que tenga sentido el proceso investigador.

Todos coincidimos en el hecho de que el beneficio esperable tras el desarrollo de nuestro proyecto de tesis nos va a aportar herramientas útiles para mejorar el mundo actualidad y continuar progresando. Las principales aportaciones derivadas de la ciencia que hallamos fue una mejora en la calidad de vida (especialmente por parte de las ciencias médicas y biosanitarias) y un beneficio económico. No obstante, no todos los campos de investigación nos llevan al desarrollo de "productos" u objetos (descubrir una nueva enzima, desarrollar maquinaria industrial, idear un nuevo tratamiento) ya que también se investiga "por investigar" para, simplemente, conocer más de nuestro mundo y de la capacidad del cerebro humano para analizar, como las llamadas ciencias puras.

Mi proyecto de tesis está encaminado a la validación (en un futuro aún alejado) de un producto alimenticio como producto sanitario. Las características del mismo y la evidencia científica disponible hasta la fecha hacen consistente nuestra hipótesis que se basa en el efecto beneficioso que podría ejercer de forma específica en la población diabética (también se baraja su aplicación en otras patologías). Aunque de forma preliminar estamos trabajando con modelos animales, los enfermos humanos son la población diana que se vería beneficiada si se cumple la hipótesis mencionada. Si conseguimos demostrar que el consumo de dicho alimento supone una mejora en el curso de la enfermedad diabética o es capaz de prevenir el desarrollo de la misma, estaríamos ofreciendo a este grupo de enfermos una herramienta de gran valor para mejorar su calidad de vida.

La salud tiene gran peso en el bienestar, quien a su vez nos hace más o menos propensos a compartir con los demás, interaccionar, querer hacer actividades y en definitiva tener una vida más plena. Si estamos más cómodos con nosotros mismos, tanto mental como físicamente, será más sencillo interaccionar con el ambiente y adaptarnos al mismo. Sobrevivir.

Además del beneficio intrínseco de poder validar la hipótesis de un estudio de investigación como profesional investigador, si el alimento que analizamos es útil su aplicación supondría una gran mejora en la calidad de vida de los enfermos, sus familiares y el sistema sanitario y político en el que se engloba. De esta manera se podría ahorrar gastos sanitarios permitiéndonos disponer de financiación para solventar otros problemas de salud o de otra índole que puedan mejorar la vida de la población.